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martes, 14 de febrero de 2017

AYER, HOY Y MAÑANA


VIVE EL DÍA DE HOY EN OBEDIENCIA A DIOS.
EL AYER NO PODEMOS CAMBIARLO, PERO SI HOY VIVIMOS BAJO LA VOLUNTAD DE DIOS, PODREMOS HACER QUE EL MAÑANA SEA DIFERENTE.
EL MAÑANA NO HA DE SER UN MISTERIO PARA NOSOTROS, PORQUE NOSOTROS SABEMOS QUE DIOS ESTÁ EN NUESTRO MAÑANA Y DEPENDIENDO DE CÓMO VIVAMOS EL HOY, CONSTRUIREMOS EL MAÑANA.
NO HAY QUE PONERSE METAS A LARGO PLAZO, PORQUE ESO ES DIFÍCIL Y A VECES NOS RENDIMOS SI FALLAMOS,

Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.
(Mateo 6:34)


PERO SOLAMENTE CON ENCOMENDAR NUESTRAS VIDA A DIOS CADA DÍA, PODREMOS VENCER Y CUANDO MIREMOS HACIA ATRÁS, VEREMOS LOS RESULTADOS.

EL HOY ES UN REGALO DE DIOS. CADA MAÑANA, CUANDO ABRIMOS LOS OJOS A UN NUEVO DÍA, RECIBIMOS UN PRECIOSO REGALO DE NUESTRO PADRE. ÉL NOS DA 24 HORAS PARA VIVIRLAS Y DE NOSOTROS DEPENDE LO QUE HAGAMOS Y COMO ADMINISTREMOS EL TIEMPO. LO QUE PENSAMOS, LO QUE HABLAMOS Y LO QUE HACEMOS, TODO ES IMPORTANTE, PORQUE CADA UNA DE ESTAS COSAS MARCARÁ NUESTRO DÍA Y TENDRÁ UNOS EFECTOS.

Andad sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo.
(Colosenses 4:5)


NOSOTROS PODEMOS Y DEBEMOS REDIMIR EL TIEMPO, PARA QUE NO SE PIERDA Y SE EMPLEE EN COSAS VANAS.
HEMOS DE DARLE A DIOS LAS PRIMICIAS DE NUESTRO TIEMPO, LO MEJOR HA DE SER PARA EL SEÑOR, Y NO DARLE LAS SOBRAS, PUES CUANDO LO HACEMOS ASÍ, A VECES NI SIQUIERA NOS SOBRA UN POCO PARA ÉL, CUANDO DEBERÍA SER LO PRIMERO Y LO MÁS IMPORTANTE.
SI LE DAMOS A DIOS LO MEJOR DEL HOY, CONSTRUIREMOS UN MAÑANA FRUCTÍFERO.
NOSOTROS VIVIMOS EL HOY, EN LA ESPERANZA DEL MAÑANA GLORIOSO QUE NOS ESPERA

15Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios,
16aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.
17Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.
18No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu,
(Efesios 5)


para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios;
(Colosenses 1:10)



MAYTE CARBONELL
14-2-2017


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